El Real Madrid dio un recital de fútbol en el Bernabéu pero no supo abrochar la victoria ante el PSG. Dos minutos criminales y una cantada de Varane regalaron el empate a los parisinos, que igualaron el doblete de Benzema. Marcaron Mbappé, muy aplaudido por el Bernabéu, y Sarabia, un ex de la casa blanca. Se lesionó Hazard.
Zidane sorprendió con Isco. El malagueño, otrora encumbrado como sucesor del mismísimo Iniesta, había pasado un tiempo entre el ostracismo y la bollería industrial, pero ahora Zizou le ha metido en cintura y ya entra en una talla M (igual que Hazard), así que la ocasión la pintaban calva para que Isco se convirtiera de nuevo en Isco.
No había sorpresas en el resto del once del Real Madrid. Ni Modric ni Bale, cada vez más suplentes en esa revolución silenciosa de Zidane, ni tampoco un Rodrygo que abrió la puerta de la titularidad sin derribarla, la dejó entornada y ahora se le empiezan a colar polizones. Sí estaba Marcelo, el preferido de Zidane si la salud le respeta, en lo que Mendy decide si es zurdo o diestro. Y también Fede Valverde, a día de hoy, intocable, imprescindible e irreemplazable para Zidane. El resto del equipo, si no se lo saben, ya no es mi culpa, que son los de siempre.
Enfrente estaba el PSG sin Neymar pero con Mbappé. El brasileño, que dio un clinic de fútbol en su último partido en el Bernabéu, empezaba en el banquillo y el francés, que enamora a Zidane, a Florentino y a los millones de madridistas de este planeta y de otros, acaparaba todas las miradas de un estadio que, jeque mediante, será el suyo algún día.
El Madrid sale clasificado
Arrancó el Real Madrid clasificado para octavos sin bajarse del autobús (o nada más bajarse), después del triste empate entre Galatasaray y Brujas, dos equipos que podrían ser patrocinados por Correos porque son unos paquetes. Y arrancó dominando el partido. Pero, hablando de arrancar, Mbappé enseguida arrancó la moto que mueven sus veloces piernas e hizo contener la respiración al Bernabéu. Este muchacho provoca la misma sensación que cuando el brasileño arrancaba: estalla el silencio.
Lloviznaba en el Bernabéu. Mbappé se había pedido la derecha para atacar el costado de Marcelo. Menos mal que tenía a Casemiro y a Sergio Ramos para las coberturas. Respondía el Real Madrid con un fútbol coral y descarado, sólo huérfano de que Isco y Hazard sacaran su varita para inventar entre los defensores del PSG.
Un cabezazo alto de Icardi y un disparo ídem de Kroos fueron las primeras aproximaciones a las áreas. Y a la tercera llegó la vencida para el Real Madrid. Hazard cosió una extraordinaria jugada en campo propio y habilitó a Carvajal. El lateral vio el desmarque de ruptura de Fede Valverde, que atacó el área con una zancada prodigiosa. Asistió a Isco, que apareció desde segunda línea para rematar al palo. El rechace lo aprovechó atento Benzema para poner el 1-0.
Benzema golpea primero
El gol dio poso al Real Madrid que empezó a gustarse mientras se disolvía el PSG sin la pelota. Ni Mbappé ni Di María estaban para perseguir rivales y, encerrado en su campo por el dominio blanco, sufrían los de Tuchel. Una buena mano de Keylor en el 26 a disparo de Kroos evitó el 2-0 del equipo de Zidane. El repaso táctico de Zizou a Tuchel era también morrocotudo.
En el 35 volvió a aparecer Mbappé para marcarse una jugada marca de la casa después de una gran pared con Di María. El francés se plantó en el área algo escorado y sacó un disparo seco al que respondió con una soberbia y durísma mano Courtois. Fue una parada de sobrao, como las que hace Ter Stegen.
Fue un espejismo en el desierto que era el juego del PSG. El dominio del Real Madrid era claro e incluso Keylor iba despejando balones con más apuros que criterio cada vez que llegaban los blancos. Y en los últimos minutos del primer tiempo llegó el espectáculo del VAR al Bernabéu. El colegiado pitó falta de Courtois sobre Icardi algo delante de la frontal y le expulsó. La jugada era dentro pero el VAR no sólo corregía esa decisión, sino que pillaba una falta anterior de Gueye a Marcelo y anulaba toda la jugada posterior. Respiraban Zidane y Marcelo.
Neymar entra en escena… se rompe Hazard
Con el susto en el cuerpo y el error enmendado por el VAR dio el descanso en el Bernabéu. Del que volvimos con Neymar ya en el campo y un gol cantado que perdonó Benzema en el segundo palo. Le pegó al muñeco y Keylor sacó con el pie. La presencia de Neymar en el campo y el 1-0 a favor del Real Madrid dieron la pelota al PSG y los blancos cambiaron el guión para buscar las contras.
Al Real Madrid le empezó a fallar un poco el fuelle y Neymar giró el partido para el PSG. A los blancos les quedaba la bala de las contras y esa asociación tan virtuosa entre Isco, Marcelo y Benzema, que se ponían a jugar al fútbol sala en la frontal del área parisina. Isco perdonó en boca de gol y después Marcelo tuvo otra tras una buena acción de Hazard que estaba completando un partido notable.
Pero tuvo la mala suerte de lesionarse antes del 70 en una jugada en la que se le enganchó el tobillo. Salió Bale y se llevó la merecida pitada del Bernabéu. El Madrid retomó el hilo del partido y siguió asediando a un PSG, que metió de golpe a Sarabia y Draxler por Di María e Icardi. Replicó Zidane con Modric por Valverde.
El Madrid se suicida en dos minutos
En el 79, con un PSG roto, llegó el segundo del Real Madrid. Lo gestó Modric, que vio la incorporación de Marcelo previa peinada de Isco. El brasileño la puso al segundo palo, Keylor se quedó como siempre bajo los palos y apareció Benzema para marcar picado el 2-0. Poco le duraría la alegría a Zidane, porque una cagada monumental de Varane regalaba el 2-1 a Mbappé.
Fueron momentos de desconcierto del Real Madrid, que dimitió de pleno y encajó incomprensiblemente el 2-2 en una contra que comandó Neymar y que remató Sarabia con un golazo a la escuadra. Ni Zidane ni el Bernabéu se lo podían creer. Después de mil llegadas al área y de un buen puñado de ocasiones, el Madrid había regalado un partido ganado.
Lo siguieron intentando los blancos hasta el final, pero sin suerte. No la tuvo ni Bale en una falta postrera que estrelló contra el poste. El PSG salió vivo del Bernabéu después de un recital de fútbol del Real Madrid. Mbappé se fue de la Castellana con a sensación de que, si hubiera jugado en el equipo local, igual no habría cambiado el marcador, pero se habría divertido más.